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miércoles, 12 de febrero de 2014

DESDE CORTÁZAR HASTA CORTÁZAR

Hoy se cumplen 30 años de la muerte en París del escritor Julio Cortázar (1914-1984). En estos últimos días, y en especial en la jornada de ayer y hoy, el bombardeo sobre el escritor se ha recrudecido al máximo en periódicos y medios de comunicación. Yo no voy a recitar ni a glosar su biografía o hazañas, ni la voy a copiar o plagiar; en wikipedia y otros lugares del espacio virtual se pueden leer datos de su vida y obra hasta caer mareado.

De igual forma tampoco puedo hablar de aspectos más personales, pues falleció unos años después de haber nacido yo, por lo que no tuve la dicha de conocerlo personalmente, lo mismo que la inmensa mayoría de los que en estos días hablan y escriben sobre Cortázar, tampoco lo conocieron, pero algunos incluso lo tutean como si en verdad, en alguna ocasión, hubiesen estado hospedados por ejemplo en su casa parisina: es que Julio era... es que Julio decía...

Caricatura de Julio Cortázar hecha por Damián Flores Llanos.
De los grandes escritores, de los consagrados, de aquellos de los que se sabe todo o casi todo y cualquiera tiene la patente de hablar de su vida y obra, al final, tras su literatura, me gusta quedarme con los detalles, con sus anécdotas. En este blog ya he escrito acerca de su pasión por los gatos, y de la botella de absenta que suelen colocar sus admiradores sobre su tumba en el cementerio parisino de Montparnasse.

Disfruté mucho leyendo (y releído ya en varias ocasiones) el librito de Jesús Marchamalo Cortázar y los libros acerca del trato del escritor hacia los habitantes de su biblioteca, su manía de marcar, anotar y subrayar sus ejemplares, opinando y comentando o incluso arrancando las páginas de ediciones baratas que compraba en las estaciones de tren para arrojar las hojas por la ventana y seguir su camino ligero de equipaje. Una biblioteca, ahora en la Fundación Juan March, con todos sus libros, muchos de ellos dedicados, escritos en varios idiomas, en especial en su lengua materna, inglés, alemán y francés, adornados algunos con los preciosos y enigmáticos dibujos que él mismo hacía o los objetos que han aparecido en el interior de éstos. 

Uno de los muchos libros anotados por Cortázar
Y es que Cortázar no sólo fue un escritor mágico y de hondo calado, trascendental en la literatura hispanohablante, referencia en el llamado "boom latinoamericano" y James Joyce en lengua castellana;  fue también un lector voraz y un crítico implacable. Y ahí quedan todos esos detalles que no deben pasarse por alto, como su pasión por el jazz o la mutua admiración entre éste y Borges... pero la nula amistad entre ellos, al parecer por motivos ideológicos, y por supuesto recordar su maravillosa traducción de la prosa de Poe al castellano. Como guinda a la muerte que tanto se celebra, ha aparecido un libro cargado de datos y fotografías: Cortázar de la A a la Z. ¡Qué manía la de los vivos de celebrar las muertes de los otros!

miércoles, 29 de enero de 2014

SOBRE GATOS CRONOPIOS Y SUS MASCOTAS LOS ESCRITORES

Pudiera dar la sensación que son en este caso los escritores los que eligen a sus gatos y mascotas, aunque bien observado es justo al contrario, siendo estos extraños animalitos los que los escogen a ellos.

Parece evidente que grandes escritores que han sido incapaces de convivir con sus semejantes –Hemingwayo en el mejor de los casos personas complejas que han carecido de las mínimas habilidades sociales –Bukowski–, han hallado en los gatos un fiel compañero. Algunos de ellos hasta han llegado a poseer un nombre, como Taki, la gata de Raymond Chandler, o el más famoso de ellos, Teodoro W. Adorno, el gato callejero francés, “negro y canalla” de Cortázar, y otros muchos escritores que incluso han llegado a tener más de media docena de felinos a lo largo de su vida: Twain, T.S. Eliot (autor del poemario felino El libro de los gatos habilidosos del viejo Possum que constituye casi un tratado en la materia y que ha servido de inspiración para el musical Cats), Churchill (político más que escritor) o Colette (autora de la novela corta La gata).

El gato negro, de Poe, ilustrado por Aubrey Beardsley

Entre los muchos escritores que han inmortalizado al gato como protagonista de algún escrito existen infinidad de ejemplos, como Lovecraft en su relato Las ratas en las paredes, gatos en verso como el Tame Cat de Ezra Pound, o el poemario Las flores del mal de Baudelaire, animales casi omnipresentes y en donde aparecen hasta tres poemas cuyo protagonista es un gato. Otros escritores, como Slauerhoff –también tenía uno negro–, lo han comparado con una mujer:

Como un gato blanco, tendida y desnuda
Yace al sol, en una cama de flores;
Los senos de su pecho se descubren
Como cúpulas sobre los cálices.
 
Pero no todos los gatos han salido bien parados, como Plutón, protagonsita de El gato negro de Poe, en donde el animalito es torturado y maltratado hasta límites insospechados.

W.F. Hermans

Gran cantidad de escritores en lengua neerlandesa han tenido como compañero a un gato tal y como escribe el escritor y periodista Onno Blom en un artículo que titula: El gato es un ser humano de orden superior. En 1985, el fascinante escritor W.F. Hermans publicó el libro De liefde tussen mens en kat (El amor entre el ser humano y el gato), que de acuerdo con el dicho popular sobre las vidas de estos animales, el libro consta de nueve capítulos, aunque yo nunca tengo claro si son nueve o siete, pero eso ya es otra historia.

miércoles, 22 de enero de 2014

LA MUSA VERDE

Vidrio en forma de exigua y delicada botellita, que esconde dentro un genio, verde como el cristal que lo acoge... hada o diablillo a partes iguales. 

He continuado indagando sobre la extraña y atractiva relación entre literatura y alcohol, recordando una excelente antología de textos literarios que incluye poesía, teatro y prosa (diarios, novelas, artículos) de diferentes literatos en los que el común denominador es aquello que el mago y ocultista Aleister Crowley bautizó como la diosa verde; la absenta. El libro, escrito en neerlandés, se titula De gifgroene muze. Absint in de literatuur, (La musa de color verde fluorescente. La absenta en la literatura) editado en 2005 por Uitgeverij Bas & Lubberhuizen en Ámsterdam. Bastantes años antes, un caluroso verano también adquirí allí por vez primera unas botellitas de absenta, que si no recuerdo mal eran de un 68% de graduación alcohólica. El vidrio verdoso que contiene el embriagador líquido se construye formando bellísimas formas para retenerlo, por miedo a que su espíritu se rebele y desee salir.

De gifgroene muze. Absint in de literatuur
La absenta (o ajenjo), amarga bebida alcohólica que arrastra un ligero sabor anisado es junto al láudano –cuya base es el opio y está compuesto principalmente por vino blanco, clavo, azafrán y canela– un elemento mítico enormemente ligado a la literatura y los escritores del siglo XIX.

Alrededor de la absenta confluye todo un halo de misticismo y hasta romanticismo de la que carece cualquier vulgar sustancia actual, una bebida que ha llegado a estar prohibida en varios países, como en Francia. Aquí un artículo divulgativo de interés.

Publicidad de Lucid, actual empresa norteamericana dedicada a la producción de absenta
Resultaría infinita una lista de escritores que fueron consumidores de absenta y alardearon de ello: Wilde, Baudelaire, Rimbaud, Verlaine, Strindberg, Artaud, Gide, Cocteau (un genio esclavizado por el opio) o Slauerhoff (el poeta maldito neerlandés). En la tumba de Cortázar, en el cementerio parisino del Montparnasse, sus visitantes suelen colocar una botella de absenta sobre la lápida.

La asociación entre la absenta y los gatos –el escritor argentino era dueño de uno– ha sido una constante desde que comenzó a producirse y publicitarse la bebida espirituosa, probablemente porque el olor a hierbas que desprende la absenta sea enormemente atractivo para estos animales. En alguna ocasión también tendré que escribir lo ligados que han estado estos animales a grandes escritores.   

La antología que cito al comienzo del post comienza con una significativa cita bíblica con la que concluyo:

El tercer ángel tocó la trompeta, y cayó del cielo una gran estrella, ardiendo como una antorcha, y cayó sobre la tercera parte de los ríos, y sobre las fuentes de las aguas. Y el nombre de la estrella es Ajenjo. Y la tercera parte de las aguas se convirtieron en ajenjo; y muchos hombres murieron a causa de esas aguas, porque se hicieron amargas.
Apocalipsis, 8, 10-11

viernes, 10 de enero de 2014

LETRAS DESDE EL MÁS ALLÁ 2/2



Pero a mi parecer aún existe otro cuarto apartado en el que estarían incluidos aquellos escritores cuyas obras resultaron inéditas en vida pero que no se les encuadra en ninguno de los tres grupos anteriormente expuestos del Olimpo Literario del Más Allá (A: escaso éxito en vida; B: rechazo por parte de las editoriales; C: escritores que han obtenido un éxito póstumo), ya en este caso hablamos de escritores consagrados que no fueron rechazados por las editoriales sino que por contra éstas quisieron subsanar su error inicial publicando su obra posteriormente, o bien los escritores no quisieron que se publicase en vida, o bien tras morir éstos la familia ha querido hacer dinero fácil gracias al renombre del autor. En esta lista encontramos a Ernest Hemingway, Tolkien, Julio Cortázar, Bolaño o al genial Pessoa, si bien a este último se le podría buscar hueco en cualquiera de los anteriores apartados o incluso crear uno exclusivo para él. Curiosamente el genio portugués apenas publicó en vida unas trescientas páginas de poemas, que no está mal, pero si se las compara con aquello que tras su muerte se ha publicado, la cantidad es ridícula, y ello no abarca sólo a obras propias, sino toda la literatura que sus trabajos han generado: un hombre de variadas vidas y personalidades.


Dentro de este cuarto apartado –un subapartado à la Groucho Marx: "La parte contratante de la primera parte será considerada como la parte contratante de la primera parte"– aparecen otros como Mark Twain, que dejaron instrucciones para que alguna de sus obras, en este caso una autobiografía, no se publicase hasta 100 años después de su muerte, siendo editado el primer volumen en noviembre de 2010 tal y como era su deseo. A otro como Canetti también se le puede enmarcar dentro de este subapartado del presente apartado, ya que por sus propias disposiciones testamentarias el resto de su obra no podrá ser conocida ni editada hasta el año 2024.
Otro caso dentro de este subapartado del presente apartado con el que estamos terminando es el de José Saramago, escritor tardío que pocos años antes de su muerte recibió una llamada de la editorial que había rechazado el manuscrito que el escritor portugués había escrito en 1952 –era su segunda novela– cuando contaba con 31 años. Saramago se sintió tan sorprendido como dolido por la falta de respeto con la que fue tratado en su día, pidiendo a sus herederos que Claraboya no se publicase hasta que él muriese, y así sucedió en 2011.

Qué duda cabe que el ser humano siente morbo y excitación por la muerte –evidentemente la ajena y lejana–, que irresistiblemente se siente atraído por la sangre y las vísceras, por las moscas y moscones que pululan sobre los cadáveres. Muy especialmente en occidente se idolatra y venera de manera casi enfermiza a los muertos, y no hay duda que la muerte y por ende sus muertos, venden mucho más que los vivos. Si muchos de estos escritores no hubiesen desaparecido nunca –fantasía improbable–, apenas serían conocidos, y por tanto casi no habrían podido vender sus ejemplares, aunque este no sea el caso de Saramago, que vendió en vida muchísimo, siendo reconocido por el público y por importantes premios, pero tras su óbito, en España las ventas de sus libros aumentaron un 70%, ¡y es que la muerte nos sienta tan bien!, y si no que se lo pregunten a Poe, Kafka, John Kennedy Toole y últimamente a Stieg Larsson, también en el plano económico, ya que su familia (padre y hermano) se han hecho de oro gracias a la trilogía del escritor, valorada en 15 millones de dólares, pero no así su compañera sentimental, que al no tener formalizada su relación le han impedido acceder a los multimillonarios beneficios, pero esto es otra historia, aunque curiosamente también tiene que ver con la muerte; todo tiene que ver con la muerte.


Nerón observa la disección de Agripina. Georges Chastellain, Miroir de Mort, France 1470 (Carpentras, Bibliothèque municipale, ms. 410, fol. 8v.

Las ventas de los trabajos de los muertos se disparan, son líderes de ventas por encima de las de los vivos, como ya sucedió con Michael Jackson. Y en homenaje a Lou Reed que no hace mucho que se fue y al otoño que ya acabó, y al invierno en el que ya nos hallamos, acabo con el eterno Poe: 

Es un visitante –me dije–, que está llamando al portal;
Sólo eso, nada más.